Universidad
Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario
Facultad de
Ciencia Política y Gobierno
Programa de
Gestión y Desarrollo Urbanos
Asignatura:
Gestión Ambiental Urbana
Por: David
Felipe Ruiz Bulla, Laura Melissa González López, Santiago Jiménez
Bogotá: ¿amenaza contra la salud?
Actualmente, la contaminación del aire es uno de los fenómenos a los
cuales las autoridades ambientales de las ciudades han puesto especial
atención, en vista de el riesgo que representa para la salud de las personas en
un territorio determinado. Los problemas referentes a la salud que se asocian
con este tipo de contaminación, son, entre otras, cáncer de pulmón, accidentes
cerebrovasculares, asma, bronquitis, embolias pulmonares, entre muchas otras
(OMS, s.f.). En el presente, se tratará específicamente el caso bogotano en
cuanto a los niveles de contaminación atmosférica actual, la comparación con
las demás ciudades latinoamericanas que presentan bajos índices en la calidad
del aire. Además de esto, se expondrán algunas de las apreciaciones que tiene
la ciudadanía sobre la condición del aire de Bogotá, con el fin de determinar
si hay una conciencia ambiental en el común o por el contrario, prima el
desinterés y la desinformación. Así pues, a título de conclusión, se brindarán algunas
apreciaciones sobre la situación en la que se encuentra la capital colombiana,
los riesgos a la que se ve sometida y los cambios que se consideran podrían
beneficiar el medio ambiente y por esta misma línea, la calidad de vida de los
habitantes.
Según la Organización Mundial de la Salud, las partículas de PM10 al
año, no debe sobrepasar los 20 ug/m3 (microgramos por metro cúbico);
lo sorprendente, es que Bogotá registró en el año 2014 y 2015, 52 ug/m3 y
44 ug/m3, respectivamente. El otro agente que genera también altos
niveles de contaminación en Bogotá, son las partículas denominadas PM 2,5; de
éstas, la OMS ahínca en que el promedio anual recomendado no debería superar
los 10 ug/m3. Nuevamente, Bogotá presentó 24 ug/m3 y 18,7
ug/m3 en los años 2014 y 2015 (Secretaría Distrital de Ambiente).
Los anteriores datos, entonces, dan un parte muy poco alentadores: Bogotá
supera -y en cantidades alarmantes para el medio ambiente- los estándares que
propone la OMS.
Las afectaciones para el medio ambiente son cada vez mayores, esto
quiere decir a la relación del humano con la naturaleza. El cambio climático es
un ejemplo ilustre en estos casos. Las cifras de enfermedades respiratorias en
la ciudad se encuentra en aumento conforme pasa el tiempo, tanto, que la
Secretaría Distrital de Salud se preocupa cada vez más por las Infecciones
Respiratorias Agudas en niños y adultos mayores principalmente. Este ente,
junto al Laboratorio de Salud Pública de Bogotá demuestran que año tras año, el
aire de Bogotá se encuentra menos limpio y más dañino para las personas: en el
año 2015, se presentó un índice de 15,9% de partículas por millón, y en el año
2016, se elevó al 37,4%. Es así, como las cifras relevan que poco a poco se
incremente la crisis de salud pública.
¿Respecto a las demás grandes ciudades latinoamericanas, qué tan
contaminada se encuentra Bogotá? Esta puede ser una pregunta que comúnmente nos
podemos realizar, y el panorama nuevamente no es alentador. Ya vimos el caso de
Bogotá particularmente, pero para mayor entendimiento es necesario hacer un
paralelo con otros territorios del mismo sector del continente. Según lo
planteado en el informe de 2016 del Clean Air Institute, las ciudades de
Latinoamérica que mayores niveles de contaminación del aire presentan son: 1. Monterrey, 2. Guadalajara y 3. Distrito
Federal (México), 4. Cochabamba(Bolivia), 5.
Santiago (Chile), 6. Lima (Perú), 7. Bogotá y 8. Medellín (Colombia), 9.
Montevideo (Uruguay) y 10. San Salvador (El Salvador). La particularidad de estas
ciudades mencionadas es que todas presentan sus niveles de contaminación por
encima de lo que propone la OMS.
Es interesante tener
claro este tipo de datos, pero asimismo es curioso notar que es un poco
complicado denotar cuáles son las ciudades que en realidad presentan altísimos
niveles de contaminación, ya que no todas las ciudades poseen un sistema de
medición que permita saber con mayor exactitud lo que realmente pasa en cada
centro urbano en este tema, como por ejemplo la Red de Monitoreo de Calidad del
Aire de Bogotá (RMCAB). Esta red con la que cuenta la capital de Colombia
cuenta con 13 estaciones fijas que se encargan de codificar y medir los niveles
de partículas PM10 y PM2,5, y varios contaminantes más que se encuentran
suspendidos en el aire en sectores específicos (donde están instaladas las
estaciones). Es así que podemos notar
cómo de alguna manera se crea una brecha o un sesgo en cuanto a los datos con
los que cuenta el Clean Air Institute y a los que la OMS se pronuncia al
respecto.
Para efectos de la
presente investigación, se crea también el espacio de preguntarle a los
ciudadanos su opinión acerca de los bajos niveles de la calidad del aire en
Bogotá, un poco sobre su conocimiento sobre esta problemática y conceptos clave
como el smog. David Cortés, arquitecto y diseñador urbano
compartió su pensamiento sobre las alternativas para aliviar esta crisis,
declarando que “es necesario promover el
uso de la bicicleta, el transporte público, que se disminuyan los
desplazamientos en la ciudad (cercanías de la vivienda al trabajo, lugares de
recreación, servicios, etc.), concientizar a las industrias, exigiéndoles
realizar procesos cada vez más limpios teniendo en cuenta que su ubicación está
dentro de la ciudad”. Es importante resaltar que, además del creciente
nivel del parte automotor en Bogotá, tal como dijo el arquitecto David, las
industrias dentro de la ciudad ha sido otro de los factores clave para el
deterioro del aire; los usos del suelo no se encuentran correctamente ordenados
en la ciudad actual, sino que siguen funcionando como si fuese la ciudad
inicial, donde las industrias se encontraban en la periferia del territorio
urbano. El crecimiento descontrolado de la ciudad hizo que estos sectores se
encuentren actualmente inmersos dentro de ella, creando entonces mayor presión
sobre el ambiente y las dinámicas de vida normales.
En relación a los
conceptos, se le pregunta entonces a la ciudadanía si conoce lo que en términos
ambientales es el smog, y entre las respuestas se tienen que: “Son sustancias que contaminan el ambiente:
humos y productos químicos en general”, “Una nube gris que hace presencia en la
ciudad como consecuencia de la contaminación generada por los autos, las
industrias, y repercuten en la salud de los habitantes, por ejemplo
enfermedades pulmonares”. Pues bien, según la RAE, el concepto de smog es:
“1. m. Niebla mezclada con humo y partículas en suspensión, propia de las ciudades industriales.” En Bogotá, específicamente, el smog se hace evidente sin
tener que subir a una cumbre tan alta como Monserrate, sino sencillamente desde
un puente peatonal se ve la espesa capa de humo que abruma a la ciudad.
Entre estas y otras entrevistas, se puede notar que en sí, la
ciudadanía es un actor que ha tomado conciencia sobre las afectaciones que
tienen las prácticas que moldean la vida diaria sobre la calidad ambiental. Por
ejemplo, uso de vehículos motorizados como medio único de transporte dentro de
la ciudad, uso de vehículos obsoletos y/o que no presenten regulación de los
gases y polvillos expulsados, y tener claros los impactos medioambientales que
generan una mala organización de los usos del suelo dentro de la ciudad, lo
cual es el caso de las industrias dentro de la urbe conviviendo junto a las
actividades de rutina para un habitante del común.
Teniendo en cuenta el estudio realizado, se puede evidenciar
la falta de un mayor control ambiental. Esto, lleva a proponer una regulación
estricta sobre los procesos de chatarrización de “vehículos chimeneas” y
agentes motorizados contaminantes en exceso, mediante la imposición de multas y
comparendos ambientales, los cuales, con el fin de que estos recursos sean
destinados para impulsar proyectos que mitiguen esta problemática, la
conservación de cuerpos naturales influyentes (como los cerros orientales), y
una red cada vez mejor para el monitoreo de la calidad del aire en la ciudad.
Además, es propicio que poco a poco se cree la cultura de utilizar el
transporte público sostenible para movilizarse dentro de Bogotá; para lograr
satisfactoriamente ello, se sugiere la mejora del transporte público actual, lo
cual requiere de una buena infraestructura vial, mayor cobertura de rutas conectoras
a nivel metropolitano, con costos y frecuencias óptimas, y seguridad tanto vial
como dentro del sistema de transporte. Finalmente, como última consideración,
es necesario que dentro del POT de Bogotá, se haga un esfuerzo considerable por
reubicar las industrias que han sido absorbidas por el crecimiento urbano,
incrementando los niveles de smog y creando un efecto de ahogo dentro de la
ciudad. Bogotá exige respirar, necesita con urgencia bajar los niveles de decesos prematuros que, actualmente, lleva como víctimas principalmente a niños y personas de la tercera edad.
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well it´s something usual to see these type of numbers in terms of air pollution, the main question would be, what are we doing to low such rates,anyway i read it and I found it interesting, good for you Mellisa. Regards from an old friend.
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