Universidad de Nuestra Señora
del Rosario
Ciencia política, gobierno y
relaciones internacionales
Gestión Ambiental Urbana
Jorge Esteban Ortiz y Mateo
Navas
Del río Vicachá al caño de hoy
El
rio Vicachá ubicado en el centro de la ciudad de Bogotá fue nombrado así por
los muiscas, que significa “resplandor de agua en la penumbra”, y nace en medio
de los cerros de Monserrate y Guadalupe. (Pinzon, 2015)
Como
lo sostuvo el profesor de la universidad del Rosario William Hernando Alfonso
Pina en una entrevista realizada, el río Vicachá fue en sus inicios un cuerpo
de agua caudaloso que alimentaba las comunidades indígenas establecidas en esta
zona. Con el tiempo le cambiaron el nombre gracias la construcción de la
iglesia franciscana al margen derecho del rio en el año de 1567. (Daguer, 2001)
Lo
urbano como lo conocemos actualmente, no permite una diversidad que incluya
tanto la infraestructura urbana como la presencia de cuerpos naturales; en este
caso el Rio San Francisco. Los ríos y humedales cercanos a la ciudad de Bogotá
están siendo contaminados y extinguidos por una fuerte expansión de la ciudad:
existen mapas que comprueban que humedales como el Juan Amarillo, se han venido
reduciendo con el pasar de los años.
El
rio San Francisco, antes Vicachá, fue en sus inicios uno de los ríos más
caudalosos de la zona; además, hay quienes creen que Bogotá no dependería de
Chingaza si se le hubiese dado un buen manejo a este cuerpo de agua. Se dice que
desde la fundación de Santafé de Bogotá fue usado como la cañería de la ciudad
ya que en este tiempo no existía una red de desagüe. En ese sentido, tenemos un
río el cual pasa de ser la fuente de agua principal de la ciudad en la época
fundacional, a ser un problema de salud pública debido por lo mismo que se
mencionaba con anterioridad.
“…para
que las lavanderas enjuagaran sus ropas, para hacer funcionar los molinos y las
empresas que años más tarde estarían cerca al río usando la energía del agua;
también fueron usados como baños públicos de la comunidad y fuentes de
descanso. Estos usos empezaron a
convertirse en un problema porque afectaban la calidad del agua, generando
insalubridad y contaminación de los afluentes. Es por esto que desde el siglo
XVI se hizo necesaria la canalización y el manejo de las aguas, de manera que
toda la población tuviera acceso a ella cómoda y eficazmente.” (ALCALDIA LOCAL DE LA CANDELARIA, 2013)
Una
de las preguntas que se le planteó al profesor William fue: ¿cree usted que, si
se le hubiera dado un manejo adecuado al río, hoy en día la ciudad y este
cuerpo de agua podrían convivir en armonía? La opinión del profesor fue que sí
podrían convivir sin afectarse en uno al otro; y afirmó que se han visto
grandes ciudades en otros lugares del mundo que se encuentran a las orillas de
grandes ríos o que estos mismos emplazamientos urbanos giran en torno a cuerpos
de agua.
Para
responder lo anterior, es necesario tener clara una definición de lo que sería
la huella ecológica donde “…refers to the
total area of productive land and bodies of water required on a permanent basis
to produce all consumed resources and to absorb all waste materials produced by
the agglomeration” (Morello, Mateucci, & Rodríguez, 2003, pág. 120) . De tal manera,
se podría afirmar que debido a que la ciudad fue fundada en medio de estos dos
ríos (San Francisco y San Agustín) evidentemente el crecimiento de la población
tendría un impacto directo en ambos ríos. Por lo anterior, debió haberse
establecido una serie de políticas las cuales protegieran el curso natural de
ambos ríos para que no hubiese tenido que llegar al punto de canalizarlo por
precariedad en temas de salud pública.
Por
otra parte, tenemos el hecho de la biodiversidad que existía en dicho lugar (el
río) y alrededores o en su ecosistema, pudo verse afectada debido a la
canalización del mismo. Teniendo en cuenta que existen especies las cuales no
pueden llegar a convivir en un ambiente el cual a medida que pasaba el tiempo
se iba urbanizando paulatinamente. Por lo anterior, la canalización del río
desencadenó una serie de aparición de nuevas casas, edificios e infraestructura
nueva la cual se veía beneficiada de la cercanía a estos importantes ríos, sin
embargo, impactaría directamente el diario vivir de muchas especies que allí
pasaban sus días.
Bibliografía
ALCALDIA LOCAL DE LA CANDELARIA. (2013). Nuestro
centro es el agua. Bogotá.
Daguer, C. (7 de enero de 2001). EL
TIEMPO. Obtenido de http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-518637
Morello, J., Mateucci, S. D., &
Rodríguez, A. (2003). Sustainable Development and Urban Growth in the
Argentine Pampas Region. The Annals of the American Academy of Political and
Social Science, 590.
Pinzon, C. (2 de septiembre de 2015). EL
TIEMPO. Obtenido de
http://www.eltiempo.com/bogota/el-renacer-del-rio-que-le-dio-agua-a-bogota/16326555
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